viernes, 30 de octubre de 2009

Dos años después.

Me siento exactamente igual.



Cría cuervos.
Carlos Saura (1976):





- Recorrimos muchas, muchas calles. De repente aparecimos en un campo. A lo lejos había una casa, sucia, como abandonada. El coche se acercó a ella. Salieron dos señores.
Uno de ellos dijo: " ¿Qué tal te ha ido la caza?
El hombre contestó: "muy bien, mirad lo que os traigo".
Me sacaron del coche, y me metieron en la casa.
Al entrar había una cocina, sucia, con una sartén vieja y algunos otros cacharros. Luego, me metieron en una habitación, y me encerraron con llave. Al rato, me llevaron comida, yo no la quise, pues pensé que estaba hecha en aquella sartén. Me pidieron el teléfono de casa y yo se lo di temiendo que me mataran. Llamaron por teléfono, pero papá y mamá no estaban.

- Papá y mamá están muertos.

- Pero en mi sueño no. Se habían ido a buscarme. Dijeron que llamarían dentro de media hora, pero que si no estaban, me matarían. Yo estaba aterrada. Pasó la media hora y llamaron por teléfono. Tampoco estaban. Todavía no habían llegado. Y dijeron: "ha llegado la hora de matarte". Me ataron a una columna de madera, con unas cuerdas. Me pusieron una pistola en la sien, y cuando me iban a matar, me desperté.



El espíritu de la colmena.
Víctor Erice (1973):





- Isabel...
- ¿Qué?
- Cuéntame lo que me ibas a contar.
- ¿El qué?
- La película.
- Ahora no. Mañana.
- Ahora. Me lo has prometido. ¿Por qué el monstruo mata a la niña y por qué le matan luego a él? No lo sabes, eres una mentirosa.
- No lo matan, y a la niña tampoco.
- ¿Y tú cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que no muere?
- Porque en el cine todo es mentira. Es un truco. Además yo lo he visto a él vivo.
- ¿Dónde?
- En un sitio que yo sé cerca del pueblo. La gente no le puede ver, sólo sale por la noche.
- ¿Es un fantasma?
- No, es un espíritu.
- ¿Cómo el que dice Doña Lucía?
- Sí, pero los espíritus no tienen cuerpo. Por eso no se les puede matar.
- Pero en la película él sí tenía... tenía brazos, pies, tenía todo.
- Eso es cuando se disfrazan para salir a la calle.
- ¿Y si sale por las noches como puedes hablar tú con él?
- Ya te he dicho que es un espíritu. Si eres su amiga puedes hablar con él cuando quieras. Cierras los ojos y le llamas. "Soy Ana, soy Ana..."

El nido.
Jaime de Armiñán (1980):



Hola Alejandro. Ya he vuelto.
Perdóname... perdóname... perdóname... perdóname. No he conocido a nadie en todo este tiempo ni conoceré a nadie. Nunca.
¡Estrafalario, más que estrafalario!
Me has enseñado una palabra nueva...
¡No, otra! Empieza por A. Me da vergüenza decírtela...
Amor...
Siempre estaremos unidos por los siglos de los siglos y nunca jamás nos separaremos porque hemos juntado nuestra sangre en este pacto secreto.
Por todo, para siempre... 1, 2, 3 y...